miércoles, 7 de enero de 2009

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina


Segunda entrega de la serie de Larsson. A excepción de las doscientas primeras páginas, que podían haber sido menos, la novela es excelente. No pierde nada de frescura ni desmerece de la primera parte. Sigue tratando problemas actuales y se recrea en el personaje de Lisbeth Salander, que crece con una gallardía poco común.
Pipi moderna, inteligente y autónoma hasta límites insospechados, Salander no deja de sorprender. Parece que el verdadero hallazgo del autor es este personaje, por ello decidió, pienso yo, escribir más de un libro, porque el persojae lo requiere, y todavía queda la tercera entrega. Que leeremos en cuanto salga.
Los demás personajes también son interesantes, qué duda cabe. Volvemos a enfrentarnos con el periodismo de investigación, la prostitución y el abuso de mujeres, la corrupción política, etc. En fin, que ha acertado con el tono y con los temas.
Recomendable, como la primera, claro.

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