jueves, 3 de diciembre de 2009

El animal moribundo Philip Roth


La memoria como recurso para contar anécdotas, hacer balance de una vida o hacer confidencias es eficaz cuando quieres mezclar acontecimeintos y reflexiones. La novela de Roth comienza como una narración erótica, pero termina como una reflexión sobre la vida (y la muerte).
Un viejo profesor de universidad, conocido locutor de radio y televisión sobre temas culturales, recuerda cómo en una de las últimas aventuras eróticas que tuvo con una alumna quedó atrapado. Cuando ella desapareció cayó en un estado de desesperación inédito para él, que se consideraba un hombre libre, un "donjuan" irremediable. Pero le ha llegado la hora, tiene más de 70 años y sus energías ya no son lo que eran.
La cercanía de la muerte le hace pensar en su vida. La muerte de su único amigo es una escena desgarradora, demasiado real, y el protagonista está allí, presenciando casi el trance final. Y después aparece la mujer que le había alegrado y trastornado los últimos años. Y ella también está al borde de la muerte.
La reflexión que hace David sobre su vida es demasiado cruda: no tiene nada, ni amigos, ni amantes, ni familia, ni un futuro por delante. Y todo gracias a la liberación sexual de los sesenta.
La novela es excelente, pero sobran la crudeza con que describe las escenas sexuales, aportan poco, en mi opinión.

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