domingo, 24 de enero de 2010

El museo de la inocencia Orhan Pamuk


Orhan Pamuk es el escritor turco más leido fuera de su país. Sus novelas siempre son un acontecimiento literario para su lectores. Todas plantean el conflicto real entre los turcos: la identidad nacional. La lucha entre las tradiciones y la modernidad, entre Asia y Europa, entre el Islam ortodoxo y el heterodoxo. Precisamente ese tema es el que más problemas le ha causado en su país, cuya admiración de occidente y sus costumbres todavía no son mayoritarias o al menos hay una buena parte del pueblo turco que todavía se agarra a una religiosidad entendida en un sentido tradicional y cultural.

En El museo de la inocencia plantea el conflicto de una manera amable, es una novela de amor, desde la primera a la última página el protagonista está enamorado de Füsum.

Kemal Bey está comprometido con Sibel y su boda se celebrará en los siguientes meses, pero conoce a Füsum y su vida cambia radicalmente. Abandona su vida lujusa y sus amistades adineradas por pasar la noche, la cena y un rato de televisión, en casa de la humilde familia de Füsum. Tuvieron un romance que duró varios meses, luego Füsum se casó con un director de cine y entre Kemal y su marido trataron de impedir su carrera de actriz. Kemal pasa ocho años seduciendo a Füsum sin conseguirlo, hasta que ella, por circunstancias de la vida, se separa de su marido. Su amor se convierte en una obsesión que le lleva a conservar todos los objetos qde Füsum, por su propietaria o por otras razones relacionadas con ella. A la muerte de Füsum, Kemal decide hacer un museo con todos objetos: una cucharilla, miles de colillas de tabaco, entradas del cine al que iban muchas noches, etc.

Es una novela de Estambul de sus calles, de sus restaurantes más lujosos, de sus gentes, las grandes familias y las más medianas. Pocas ciudades tiene un homenaje continuo como el que brinda Pamuk a esta ciudad. A la muerte de Füsum, Kemal, como hemos dicho, empieza a montar el museo, visita más de 1700 en todo el mundo y piensa que el suyo debe tener un catálogo en el que se expliquen cada uno de los objetos y momentos vividos con ella, para dejar constancia de la importancia de cada uno de ellos. Es el museo de la inocencia.

La novela transcurre desde el 16 de mayo de 1975 hasta ocho o nueve años después. Relata minuciosamente cada momento, incluso con demasiados detalles para mi gusto. La novela comienza con los protagonistas disfrutando del amor ajenos a las prohibiciones sociales de no mantener relaciones sexuales antes del matrimonio. Toda la novela es un canto a occidente, con sus complicaciones y contradicciones. Los hechos recorren los barrios lujosos de Estambul, en contraste con la miseria que los rodea. No escatima referencias políticas al golpe de estado militar que desembocó en la Constitución actual de 1982, entre cuyos principios está un laicismo sui generis. Pero no es un libro político, sino de amor. Kemal va recordando cada uno de los instantes de su vida con Füsum; el heredero y la dependienta podríamos resumir. Pero no cae en los tópicos de la novela de amor, al contrario su aguda mirada se detiene en detalles inesperados, en escenas deternillantes y en obsesiones continuas.
Al final de la novela leemos un sorpresa sugestiva: la novela está narrada en 1ª persona, Kemal había encargado el catálogo novelado del museo al propio Orham Pamuk. El ardid no es nuevo, pero Pamuk lo trata con tanta sutileza en un juego de identidades que resulta atractivo. Apenas quedan unas líneas para que acabe el libro y el propio Kemal pide la palabra para despedirse y reinvindicar su vida feliz. Entre cervantino y garciamarquiano. Insuperable.
Kemal es un personaje muy bien dibujado, un héroe romántico de innumerables matices. Es el rico educado en Estados Unidos, que viaja a París con frecuencia, es el representante de la turquía occidentalizada. Pero es un personaje sumido en sus obsesiones, tierno, detallista, generoso, apasionado. Füsum, en cambio es enigmática, fruto de una educación tradicional pero valiente y paciente. Los demás personajes son comparsa.
Puede que sobren páginas, la novela, como todas las de Pamuk, se hace larga y pesada en ocasiones, pero tiene una prosa milagrosa, un estilo impecable, se recrea en las escenas, no tiene pudor a la hora de las minucias. La novela es lineal, aunque la parte central es un mosaico de escenas vividas durante ocho años.
La novela es también un homenaje al cine turco de finales de los 70 y los 80, que produjo un número incansable de musicales melodramáticos.
A pesar de lo larga que este novela, es una maravillosa historia de amor.

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