miércoles, 23 de marzo de 2011

Doctor Zhivago de Borís Pasternk


La versión definitiva de un clásico de la narrativa rusa ha llegado a nuestra lengua de la mano de Gaxia Gutenberg, traducida directamente del ruso, para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del escritor.
Es una novela de amor, es histórica y es una novela lírica, al mismo tiempo. Termina con varios poemas alusivos a los avatares amorosos del Doctor Zhivago. El análisis de la novela tiene que dejar de lado la versión cinematográfica, porque sus páginas tienen el encanto suficiente y el poder de seducción que no puede alcanzarse en un par de horas. El lector recorre sus páginas con placer, con la absoluta convicción de que está leyendo una novela grande, irrepetible.
La película, excelente, por otra parte, es una versión del director, pero no refleja todos los matices ni del amor de Zhivago con dos mujeres ni el ambiente prerrevolucionario de la Rusia zarista. Los pasajes de guerras, revueltas, viajes en tren, miseria generalizada, etc. Solo pueden expresarse con la tranquilidad del lector que distribuye sus tiempos a lo largo de una o dos semanas. Hay largas descripciones de parajes, introspección en la psicología de los personajes, cuadros apocalípticos de Moscú y de las regiones alejadas del poder, todo ello para conformar un panorama muy rico de la Rusia de principios del siglo XX. Los amores fracasados o forzados del doctor aparecen en la novela como un apasionante viaje al fondo del alma humana.
Novela histórica porque retrata una Rusia inmersa en un momento histórico crucial en Europa. Se la consideró durante mucho tiempo una novela disidente, pero tampoco lo que cuenta de la época de los zares y sus seguidores sale bien parado. El retrato que hace del comunismo es tan demoledor como el que hace de los burgueses. Lo que le supuso críticas de ambos mundos.
En la novela pueden analizarse cientos de matices, incluso el tema principal ya hemos dicho que es doble, por lo menos. Puede decirse, por una parte, que la novela retrata a un hombre en su andadura vital, la misma raíz del protagonista conlleva el sema “vida” (жизнь). La vida del doctor Zhivago está dividida entre dos mujeres, entre dos tiempos históricos (antes y después de la revolución) y en varios escenarios geográficos y sentimentales.
Es una novela realista que recupera lo mejor de los narradores rusos, siempre tan certeros en sus obras, que nos devuelve una historia conocida por todos porque ha sido muy comentada desde su aparición, pero nueva, cuya lectura no deja de apasionar y cuyos detalles son tan interesantes como los trazos gruesos.

2 comentarios:

Luis Gómez Gallego dijo...

Hola, excelente crítica de la novela. Permíteme un pequeñísimo apunte: hay un tercera mujer al final de la novela, pero apenas tiene importancia en la trama. Un abrazo. Luis

Fran Jiménez dijo...

Sí, efectivamente la tercera mujer tiene la función de remarcar el desvarío amoroso del doctor, en mi opinión. No es significativa en la novela sino para caracterizarle a él, cuyo espíritu parece que necesita ese elementos femenino.
Es que en el post no se entre en la psicología del personaje, del que puede hacerse un buen análisis.