miércoles, 24 de septiembre de 2008

Expiación Ian McEwan



Las tribulaciones de Arabella
Sobre “Expiación” de Ian Mcewan

La novela se centra en el momento crítico en que una incipiente escritora de cuentos de hadas y amores librescos se convierte en una escritora adulta, justo el día en que pasa de ser la autora teatral de ripios a narradora de novelas. Esa transformación me parece extraordinaria y todavía más porque Briony descubre que el narrador tiene una mirada especial y es lo que le hace especial, descubre el punto de vista. Maravilloso.
La novela narra los acontecimientos que sucedieron en una mansión de la campiña inglesa: una familia adinerada, un jardinero inteligente y guapo al que le están pagando los estudios de medicina. Surgen tres problemas: la hija mayor se enamora de él, y es correspondida; la hija menor también se enamora de él (no puede ser correspondida porque él ni se entera de ese detalle); y toda la familia respira un cierto desprecio hacia la clase baja y no toleran los buenos resultados en la universidad del muchacho. Todo los demás responde a una trama sencilla (no simple). Un suceso, una falsa acusación y un amor por encima de la familia, una condena equivocada y, finalmente, una expiación.
Una narrador muy poderoso que no pierde nunca el aliento ni desfallece, que sabe cambiar de punto de vista (otro acierto) y detenerse en detalles porque son importantes.
También me ha parecido interesante cómo reflexiona sobre la novela.
La acción se sitúa entre 1935 y 1940, aunque más de medio libro se refiere a unas horas de un solo día.
La estructura es la siguiente: una primera parte en la que se narra lo sucedido en menos de un día en 1935. Briony va a representar su obra de teatro, pero decide cambiar de género, se pasa a la novela porque descubre que la mirada del narrador es más poderosa, esconde misterios, y puede manipular los hechos: el novelista se convierte en dios. Y en ese mismo instante cree que la realidad también puede cambiarse, de ahí que empiece a interpretar lo que ve pero no entiende y que adapte la realidad a su fantasía. Las circunstancias la ayudan porque vive en una familia clasista en la que no interesan las verdades sino las apariencias.
“Las tribulaciones de Arabella” es la obra de teatro con que se inicia la obra y que recorre toda la novela aunque a Briony no le guste. De alguna manera une el final con el inicio de sus escritos.
¿Y del final? Quien quiera conocerlo que lo lea. Y no se puede decir más de él.
La película también es muy buena, aunque el Óscar que le han dado por la música no es merecido, la música es demasiado plana, en mi opinión.

Bloomsbury es un barrio de Londres donde se reunían en los años 20 un grupo de escritores entre los que sobresalía una escritora que intentó renovar la nueva, obsesionada por la estructura y la trama de sus novelas: Virginia Wolf. No creo que este detalle sea casual, es un guiño evidente y un tributo a una genial escritora.



La protagonista de “Expiación” también es novelista. Briony se levanta un día de 1935 dispuesta a estrenar una obra de teatro que había escrito los dos días anteriores. Ya no le interesan ni el teatro ni los cuentos de hadas, ahora decide convertirse en una narradora de largo aliento, ha descubierto “el punto de vista”, que un narrador es dueño de la historia y puede elegir también la forma de contar y de callar, de interpretar los sucesos y de manipularlos, pero sobre todo, el escritor primero tiene que tener “conocimiento vital de las cosas del mundo que inspira respeto a un lector”. Es un magnífico arranque para una novela muy poderosa.
La trama es muy sencilla: La influyente familia de los Tallis tiene tres hijos, Leon, Cecilia y Briony. Una magnífica mansión rodeada de bosques y jardines. Una servidumbre a la que protege. Un jardinero al que le pagan sus estudios de medicina. Cecilia y Robbie, el jardinero guapo e inteligente, ese día inician una historia de amor. Pero Briony, presa de los celos, arrastrada por su nueva vocación de novelista-dios, va a intentar impedir ese amor con una falsa acusación, cuyo desenlace tiene consecuencias en la estructura familiar. A partir de ese día de 1935 la familia Tallis inicia una separación que no tendrá retorno. Briony pasa el resto de su vida atormentada por su error y porque nadie fue capaz de enmendarla en su justo momento.
Magnífica novela de personajes con un narrador muy potente, muy hábil y un final que depara sorpresa se lea como se lea.
La película también es recomendable.

3
Briony se levanta un día de 1935 dispuesta a estrenar una obra de teatro que había escrito el día anterior. Tiene 12 años y una vocación de escritora bien definida. Pero ese día se acuesta siendo novelista. Una transformación se ha realizado en su interior, ya no le interesan ni el teatro ni los cuentos de hadas, ahora decide convertirse en una narradora de largo aliento, ha descubierto “el punto de vista”, que un narrador es dueño de la historia y puede elegir también la forma de contar y de callar, de interpretar los sucesos y de manipularlos, pero sobre todo, el escritor primero tiene que tener “conocimiento vital de las cosas del mundo que inspira respeto a un lector”. Es un magnífico arranque para una novela poderosa.
La familia de los Tallis tiene tres hijos, Leon, Cecilia y Briony. Una mansión rodeada de bosques y jardines y un jardinero al que costean sus estudios. Cecilia y Robbie, el jardinero, se enamoran. Briony, presa de los celos, arrastrada por su nueva vocación de novelista-dios, va a intentar impedirlo con una falsa acusación. A partir de ese día los Tallis inician una separación que no tendrá retorno. Briony pasa el resto de su vida atormentada por su error.
Magnífica novela de personajes con un narrador hábil y un final sorprendente.

3 comentarios:

Fran Jiménez dijo...

Me gusta lo que dices. Pero no entiendo por qué repites. Tampoco queda claro, al menos en la película, si Briony acusa al jardinero a sabiendas de que no es él - por venganza- o fue un error de identificación. En ambos casos es normal que se sienta culpable, por las terribles consecuencias que sobrevienen. Pregunto: ¿en el libro no se da esta duda? Juani Yáñez

Fran Jiménez dijo...

Repito porque no sabía qué versión poner, así que dejé las tres.

Anónimo dijo...

Ya tenemos crítico literario de cabecera. Consejos de primera mano. Sigue, sigue. Luis Gómez