Irreverente novela sobre los ideales propuestos por Ortega para implantar una nueva estética artística y literaria en la España de los años 20.
Tres jóvenes intentan dinamitar los presupuestos de La Residencia de Estudiantes. Un sobrino de Azorín, otro de Pereda y un pueblerino adinerado hacen de las suyas en Madrid para reivindicar una estética no sujeta a los preceptos de Ortega y Gasset. Patricio (sobrino de Pereda) escribe una novela realista y no consigue publicarla porque no está dentro de los cánones de Ortega. Es el hilo conductor.
Humor a raudales, sobredosis de actuación de los personajes, una prosa ligera y unas opiniones sobre la novela son los ingredientes de la novela. Los personajes y los diálogos son excelentes.
El trato dado a Juan Ramón y Ortega son absolutamente irreverentes. Los muchachos no dejan títere con cabeza.
En algunos episodios hay sexo brutal y desternillantes (no apto para espíritus mojigatos).
En otras ocasiones se dan opiniones literarias alejadas de los cánones, la interpretación que da un tertuliano sobre La Regenta es muy interesante.
No tengo la fomación suficiente para profundizar en el contenido exacto, no sé si los episodios son inventados o reales, o un poco de todo. Pero me gusta esta información que da el libro. Desde luego, después de leer la novela tu opinión sobre Lorca y las Vanguardias no será la misma. Y si hay algo de invención o de realidad no afecta en nada a la lectura de la novela.
Hay detalles de finura, por ejemplo uno de los temas principales del libro es la amistad, como se nos ha dicho muchas veces de la Generación del 27. Otro de los temas es el debate sobre las vanguardias, incluída la del surrealismo francés, con quien son comparados nuestros protagosnistas. Otro tema secundario, pero también ocupa un lugar importante, es la literatura pornográfica, ahí no digo nada más sino que el lector opine sobre los casos que se plantean en la revista La Pasión, absolutamente desquiciados y la respuesta del doctor que atiende el consultorio sexológico. Como todos sabemos en estos casos las revistas siempre están de parte del que hace la consulta, aunque te digan que si es normal acostarse con su misma madre. La respuesta es, claro, por qué no.
¿Y las tertulias literarias? Son escenas maravillosas de la novela. Otra desmitificación.
El entramado económico de la Residencia también es interesante, aunque no sé si es parte de la ficción o hubo algo de buscar una generación nueva de escritores movida por intereses comerciales. Pienso que para mover dinero de verdad se podrían haber inventado una generación de novelistas y no de poetas. El narrador sostiene que fue porque Ortega no fue capaz de llevar a cabo un novela vanguardista con éxito. Pero me imagino que la realidad es mucho más compleja.
Otra lectura posible sería la de tratar de desmitificar a los escritores y obras que se nos presentan como canónicas y de las que apenas podemos decir nada nuevo. En este sentido, Juan Ramón, Unamuno, Lorca y Ortega son cabezas de turco de un novelista que trata de mirar a los escritores como personas, con sus mezquindades y grandezas.
Una novela recomendable, pero no para todos los públicos, abstenerse académicos de la literatura.
Tres jóvenes intentan dinamitar los presupuestos de La Residencia de Estudiantes. Un sobrino de Azorín, otro de Pereda y un pueblerino adinerado hacen de las suyas en Madrid para reivindicar una estética no sujeta a los preceptos de Ortega y Gasset. Patricio (sobrino de Pereda) escribe una novela realista y no consigue publicarla porque no está dentro de los cánones de Ortega. Es el hilo conductor.
Humor a raudales, sobredosis de actuación de los personajes, una prosa ligera y unas opiniones sobre la novela son los ingredientes de la novela. Los personajes y los diálogos son excelentes.
El trato dado a Juan Ramón y Ortega son absolutamente irreverentes. Los muchachos no dejan títere con cabeza.
En algunos episodios hay sexo brutal y desternillantes (no apto para espíritus mojigatos).
En otras ocasiones se dan opiniones literarias alejadas de los cánones, la interpretación que da un tertuliano sobre La Regenta es muy interesante.
No tengo la fomación suficiente para profundizar en el contenido exacto, no sé si los episodios son inventados o reales, o un poco de todo. Pero me gusta esta información que da el libro. Desde luego, después de leer la novela tu opinión sobre Lorca y las Vanguardias no será la misma. Y si hay algo de invención o de realidad no afecta en nada a la lectura de la novela.
Hay detalles de finura, por ejemplo uno de los temas principales del libro es la amistad, como se nos ha dicho muchas veces de la Generación del 27. Otro de los temas es el debate sobre las vanguardias, incluída la del surrealismo francés, con quien son comparados nuestros protagosnistas. Otro tema secundario, pero también ocupa un lugar importante, es la literatura pornográfica, ahí no digo nada más sino que el lector opine sobre los casos que se plantean en la revista La Pasión, absolutamente desquiciados y la respuesta del doctor que atiende el consultorio sexológico. Como todos sabemos en estos casos las revistas siempre están de parte del que hace la consulta, aunque te digan que si es normal acostarse con su misma madre. La respuesta es, claro, por qué no.
¿Y las tertulias literarias? Son escenas maravillosas de la novela. Otra desmitificación.
El entramado económico de la Residencia también es interesante, aunque no sé si es parte de la ficción o hubo algo de buscar una generación nueva de escritores movida por intereses comerciales. Pienso que para mover dinero de verdad se podrían haber inventado una generación de novelistas y no de poetas. El narrador sostiene que fue porque Ortega no fue capaz de llevar a cabo un novela vanguardista con éxito. Pero me imagino que la realidad es mucho más compleja.
Otra lectura posible sería la de tratar de desmitificar a los escritores y obras que se nos presentan como canónicas y de las que apenas podemos decir nada nuevo. En este sentido, Juan Ramón, Unamuno, Lorca y Ortega son cabezas de turco de un novelista que trata de mirar a los escritores como personas, con sus mezquindades y grandezas.
Una novela recomendable, pero no para todos los públicos, abstenerse académicos de la literatura.
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