lunes, 23 de mayo de 2011

El tiempo entre costuras María Dueñas


Novela histórica folletinesca lista para lectores ávidos de historietas de TBO. Es decir, la novela no va mucho más allá del espacio narrativo, sin ninguna gracia literaria, con algunos apuntes reflexivos poco claros. No sabemos muy bien si la protagonista está a favor o en contra del levantamiento, como si con ella no fuera la historia. Lo mismo puede decirse del retrato social a su alrededor, marroquíes y portugueses son dibujados desde los tópicos, no digamos de los ingleses y alemanes, cuya descripción no profundiza más allá de la epidermis. La aparición de los mineros en la lujosa Villa del seductor Da Silva con sus mujeres denostadas por la apariencia es de una ramplonería argumental y literaria desquiciante en este siglo que ya va avanzando en la segunda década.
Lo mismo puede decirse de la postura del franquismo ante la 2ª Guerra Mundial, flirteando entre los ingleses y alemanes, narrado con una superficialidad espantosa. El cuñadísimo y el primer ministro de asuntos exteriores salen mal parados, aunque del segundo se salva su afán de hacer las cosas bien y de impedir la entrada en la guerra.
En mi opinión la historia, el argumento es muy sugestivo, pero el trato dado es lamentable. Las primeras páginas sobran, hubiera sido mucho más interesante empezar en Marruecos, con un par de páginas recordando el encuentro con su padre y la ruptura con su novio, que por otra parte es poco original.
Tampoco es creíble el milagro económico de Sira, primero en Tetuán y luego en Madrid. Parece un guión cinematográfico para una serie televisiva tan frecuentes en la sobremesa.
Literariamente no hay nada de nada. ¿Por qué traduce las escasas palabras que dice la británica en inglés? ¿Porque está pensando en lectores y lectoras incultos? ¿A estas alturas? Innecesario y pesado. La protagonista varias veces hace balance de su vida, reiterativo y cansino. Por cierto esta mujer se mueve por el mundo sin necesidad de lenguas. Asiste a una fiesta en portugués y se entera de secretos de estado solo por oír a los portugueses. Si hubiera sido por escrito se comprende, pero una conversación en portugués para un español es incomprensible.
No comprendo muy bien a dónde quiere llegar la autora con esta novela, no sé si ha escrito una historia de entretenimiento, una revisión original del franquismo o qué. Y no sé si quiero saberlo, porque desde la página 450 más o menos me aburrió tanto la novela que quería que se acabara cuanto antes. Un tostón.
Lo siento por todos y todas las que han disfrutado con esta novela, pero cada incursión que hago en la literatura española es penosa, aburrida, mediocre, sin temas interesantes ni personajes atractivos. En fin, a ver que leo ahora.

1 comentario:

Amanda dijo...

Además está mal escrita, no entiendo como ha podido gustar tanto